Dependiendo de la educación recibida, los valores
inculcados y las deficiencias especificas cada quien escoge su fuente de apego o
cada apego lo elige a uno.
1. Apego a la seguridad y o protección
Las personas que sufren este tipo de apego son personas que
no se sienten capaz de valerse por ellos mismos. Estos individuos necesitan tener
a su lado a alguien más fuerte, psicológicamente hablando, que se haga
responsable de ellas. La idea que las mueve es la cantidad necesarias de
seguridad/protección para enfrentar una realidad percibida como demasiado
amenazante. Aquí no se busca amor, ternura o sexo, sino supervivencia.
2. El apego a la estabilidad/confiabilidad
Desear una relación de pareja estable no implica apego, pero
volverse obsesivo ante la posibilidad de una ruptura, si.
En algunas personas el miedo al abandono y una
hipersensibilidad al rechazo están asociados a la búsqueda de la estabilidad.
Para ellos la confiabilidad, es una necesidad compulsiva para aliviar el miedo
anticipatorio a la carencia. No importa
lo que haga, si me da la garantía de que siempre estará conmigo.
3. La baja autoestima y el apego a las manifestaciones de
afecto.
En este tipo de apego aparte de que se busca estabilidad
indirectamente, el objetivo primordial es sentirse amado. Una cosa es que nos
guste sentir amor y otra muy distinta es estar pendiente de las manifestaciones
de afecto que recibimos, como una medida para saber que tanto nos quieren.
Estos individuos si no sienten amor propio, pensaran que nadie los quiere o
podrá quererlos. Este miedo al desamor rápidamente se transforma en necesidad
de ser amado. Cuando alguien se acerca a ellos afectivamente a ellos les cuesta
creer que sea posible que alguien se fije en ellos. Un nuevo conflicto nace:
necesito amor, pero le temo. Pese a esto si el aspirante insiste y es
convincente la entrega se produce.
4. Los problemas de autoconcepto y el apego a la admiración.
Es el autoconcepto es lo que se piensa de si mi mismo. En un
extremo están los narcisistas crónicos (el complejo de Dios), y en el otro, los
que viven defraudados de sí mismos (el complejo cucaracha).
A diferencia con la baja autoestima, aquí la carencia no es
de amor sino de reconocimiento y adulación. Estas personas no se admiran así
mismas, no se perciben valiosas: por tal razón cuando llega alguien a su vida que les muestra admiración y algo
de fascinación, el apego no demora en llegar.
5. El apego “normal” al bienestar/placer de toda buena
relación.
Aunque todo apego se considera contraproducente, ciertas
formas de dependencia son vistas como normales. De todas formas, su frecuente
utilización y la incapacidad de renunciar a ellos, los convierte en
potencialmente tóxicos.
Las formas de bienestar interpersonal que son más
susceptibles de generar apego son:
Sexo, mimos/contemplación, compañerismo/afinidad y
tranquilidad
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